Como si se tratase de una historia de una princesa y un valiente caballero, esta boda empieza en un castillo situado en una finca de 79 hectáreas cercana a Sepúlveda, el castillo se encuentra rodeado de un bosque de encinas, álamos, chopos y sabinas. Allí nos esperaban los novios para comenzar su reportaje con los preparativos de su boda.
Continuamos nuestro itinerario histórico hasta la ceremonia religiosa que se celebro en la iglesia de la Parroquia de San Pedro Apóstol situada en el centro de la localidad de San Pedro de Gaillos (Segovia); de estilo románico fue restaurada a finales del siglo XX. El elemento más llamativo de su arquitectura es su galería porticada, una de las más bonitas del románico segoviano.
Desde allí nos desplazamos de nuevo al Castillo de Castilnovo, una antigua fortaleza que mas tarde convertirían en residencia palaciega los Reyes Católicos, para entregársela a su sobrina Juliana de Velasco y Aragón (I Condesa de Castilnovo), cómo dote para su boda en en 1557. La arquitectura es en origen de estilo mudéjar toledano, debido a las múltiples modificaciones también cuenta con otros estilos como el isabelino, gótico o neoclásico. En 1931 fue declarado bien de interés cultural del patrimonio histórico español.
El coctel se sirvió en el patio interior del castillo, amenizado con música en directo. Mas tarde en la terraza exterior con jardín del castillo los asistentes pudieron degustar el banquete ofrecido por el Catering de Mallorca. Y terminamos con el baile de los novios y la fiesta posterior.
