En algunas culturas existía una creencia de que cuando se tomaba un retrato de una persona esa fotografía robaba el alma del retratado. Puede que esto solo fuese una superstición, pero lo que sin duda es verdad, es que la fotografía tiene algo mágico y que consigue atrapar una parte de nosotros en una determinada etapa de nuestras vidas. Son una ventana al pasado y algunas nos pueden mostrar incluso un esbozo del futuro.

Hay momentos memorables como los que verás a continuación, que merecen la pena fotografiar, atrapar y conservar para siempre, compartir con nuestros seres queridos y las generaciones futuras la historia de esa fotografía. A nosotros nos encantará ayudaros a inmortalizar esos instantes únicos.